Los adolescentes han caído en un pozo... depresivo. Y necesitan ser rescatados. Es bien sabido por todos que los adolescentes se deprimen a diario y por muchos motivos: por los problemas ambientales, por el hambre en el mundo, porque tienen granos, porque no los tienen, porque levantaron Zap TV, porque el cantante de Linkin Park se peleo con su novia, etc. Y si no están deprimidos se deprimen porque no están deprimidos. Así que es hora de rescatarlos, traerlos a la superficie y darles una mano afectuosa, sacarlos definitivamente de ese pozo. Todos sabemos lo que es estar atrapado bajo tierra como estos mineros emocionales, ya que alguna vez lo fuimos. Bien dijo Michel Brown en el libro de las recapitulaciones (Micheles 0303:456)“Cuando jóvenes somos pequeños bichitos peludos, que necesitan agua y mimos para crecer fuertes y virtuosos, a riesgo de transformarnos en gremlins a la medianoche.” Así, analizando estas fugaces palabras podemos percatar el mensaje bondadoso y fresco de que ninguno de nosotros puede adivinar quién es el próximo en perder un turno en este juego de la oca que es la vida. Científicos y automovilistas se esfuerzas por comprender qué es lo que nos espera después de cada semáforo, sin detenerse a saborear que la verdad esta en nuestros corazones: somos una arteria por la que corre a toda velocidad el amor, pero manejando muy prudentemente. Así que cuidemos a nuestros jóvenes, démosle mimos y plata para cigarrillos, porque ¿quien no fantaseo en su juventud con llevar una bazuka a la escuela y hacer volar todo en pedazos?, interesémonos en sus asuntos por más aburridos que estos puedan resultarnos. La depresión es un enemigo del que todos hemos tenido que ser rescatados y siempre habrá para nosotros los creyentes un Luke Skywalker, cuya espada laser nos librará del mal. Bien lo dijo Charles Darwin “La vida es un pimpollo, turin turin, chiquitito...”
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Aquí, Pocho la pantera, disertando en un congreso sobre juventud y valores morales, como podemos observar, todos se le cagan de risa.
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La depresión no es un trastorno exclusivo del ser
humano, nos damos cuenta que la vaca está deprimida
por su peinado y su actitud indiferente hacia la vida.
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