viernes, 2 de mayo de 2008

Entrevista con el travesti

Comprometidísima entrevista, exclusiva para el blog



Sentado en una mesa de un bar típico, en una típica esquina uruguayense tomando un capuchino, me gusta, me hace sentir sofisticado, me prendo un cigarrillo, e intento no dejarme llevar por la ansiedad, a pesar de todo mis ojos buscan la puerta anhelando encontrarla. Recuerdo sus palabras, la conversación telefónica. Pienso en todo el misterio que envuelve el asunto, muchas cosa nuevas, la posibilidad de experimentar nuevas sensaciones, y llevar a límites insospechados el periodismo de investigación. Intento imaginarle un rostro a esa voz, un significado a esas palabras, un sentido profundo de la existencia en ese ser. Termino el capuchino y sigo esperando, me pido un daiquiri de frutilla. Al momento de tocar con mis labios el sorbete, noto que los parroquianos del bar comienzan a exaltarse, se escuchan toda clase de insultos homofóbicos, la puerta se abre violentamente e irrumpe su indudable presencia. Me di cuenta de toque que era ella, reconocí el timbre dulce de su voz, supe que era la dama que esperaba y que mi espera había concluido. Saqué pecho como un león algo viejo pero aún feroz. Cuando logro volver de mi ensueño me doy cuenta que los insultos eran cada vez más generalizados y los más escandalosos venían de afuera. Ella, como en un cuadro de Miguel Ángel o un filme de Felini se da vuelta, se lleva la mano a la entrepierna y vocifera “la concha de tu madre”. Entonces me pongo de pie y la invito a que me acompañe en mi mesa. Ella me extiende la mano y se la beso suavemente. “James”, le digo, ella sonríe, me responde “Mery, la del barrio, papi”. Nos sentamos. Muy bananamente, le tiro un “estaba ansioso por conocerte”, ella deja caer los párpados y me dice con voz golosa que tuvo problemas con el taxista, que era un guarango. Le digo cortésmente que si yo tuviese una chica así nadie la trataría mal. Ella sonríe. Me doy cuenta que quizá estaba yendo demasiado rápido, que me dejaba absorber por los encantos de esta sirena; decido mantener la mente fría y comportarme cómo un profesional. Daría comienzo a la entrevista y que sea lo que Dios quiera. No sin antes notar que cruza las piernas en forma provocadora y yo siento que soy Michael Douglas y ella es Sharon Stone, salvando las distancias. Le pregunto:
JV: - ¿Te enfrentás constantemente a situaciones cómo la de hoy?
TV: - Sí, la gente de acá es muy cerrada, no entienden a las chicas de hoy. Por eso yo sueño con viajar, irme para siempre, vivir en Camerún. Bueno por eso y por los negros.
Sonríe y mientras me toca con su pie por debajo de la mesa (nota para mí mismo: su pie es enorme).
JV: - ¡Uff!!! Y… Esteee... ¿Cuando empezó todo?-
TV: - ¡¿Todo qué?!
JV: - ¿Cuándo te diste cuenta que sos como sos?
TV: - ¡¿Qué soy como soy qué?!!!
JV: - Que sos como una mujer.
TV: - Yo siempre fui una mujer.
JV: - ¿Si?
TV: - ¡Zi!!!
JV: - Pero en tu documento de identidad no figurás como mujer.
TV: - Un documento no te puede decir quién sos. Igual, no lo cambio porque estoy fichada en Almagro.
JV: - ¿Y eso que tiene que ver con lo que sos?
TV: - Por eso, nada. Un papel no puede hablar por una persona.
JV: - Ajá, ¿y de qué jugás?
TV: - Eso no es lo importante.
JV: - ¿Hace cuanto que estás en la calle?
TV: - Yo no estoy en la calle, tengo una casa con jardín y Direct TV
JV: - Bueno, ¿hace cuanto que haces la calle?
TV: - Desde muy chiquita, así pagué la operación.
JV: - Debe ser duro. Se nota que sos muy sensible.
TV: - Si, es duro. Mi familia se cambió el apellido, mi perrita ni siquiera me ladra. Igual, te digo que no la paso tan mal, estoy de fiesta todo el día y me banco los vicios.
JV: - Ah, sí ¿y sos muy viciosa?
TV: - ¿Te interesa averiguarlo?
Supongo que soy muy buen periodista y no puedo evitar que mis sentimientos se mezclen con mis notas, me hacen estremecer las posibilidades de penetrar en zonas hasta ahora desconocidas por vuestro humilde servidor de la investigación periodística sagaz y comprometida. Esto comienza a asustarme.
JV: - ¿Con que soñabas cuando eras chiquita?
TV: - Quería la gloria, caminar en un escenario para mi sola con todas las plumas, y todos los hombres morían de deseo por mí, y me compraban cosas lindas y me llevaban de vacaciones. Luego nuestro yate se averiaba en una isla del caribe y los aborígenes nos convertías en esclavos y nos sometían a sus macabros ritos sexuales.
JV: - Bueno, veo que eras una niña muy imaginativa- le digo mientras agradezco a Dios que se le dio por el deporte y no por el periodismo. Tiene talento natural...
Ella agrega con mirada soñadora:
- Quería ser como la Coca Sarli, vistes, es tan escultural...
Las cosas que decía me pegaban como trompadas de Rocky, me quedo pensando en una dulce niñecita que solo quería ser ella misma, que solo quería explorar las infinitas satisfacciones que proveía la sexualidad, pienso en lo dura que debe ser la vida para Mery. Ella que solo escucha su corazón.
Seguimos charlando un rato sobre esto y aquello. La gente ya casi no insultaba. Nos despedimos efusivamente, ella se fue y yo me levanto para ir al baño. Cuando salgo me hago el boludo y me voy sin pagar la cuenta. Camino a las oficinas del blog (la casa de mi vieja), con el número de Mery en la mano, lo leía, preguntándome en voz alta: “¿quedará mal si la llamo hoy?”.

1 comentario:

Aprendiz de borrachín dijo...

Ya sabia negro que a vos te gustaba la carne de chancho.

Viva Peron putos!