lunes, 28 de julio de 2008

Barney es un mamerto

Barney es un mamerto, y un zarpado. Ya de movida se hace evidente ante cualquier planteo sobre la situación moral y espiritual de un individuo que se mete dentro de un dinosaurio de peluche para bailarle a unos pendejos y decir pelotudeces por televisión por el sueldo mínimo, en Federales encima: uno concluye que es un mamerto, es un zarpado o está en las últimas. Casos cómo estos traen a la memoria popular los lamentables sucesos de la Generación Margarito, cuando tomó carácter de consecuencia nacional la situación de los jovenzuelos que estuvieron involucrados en el Proyecto Margarito Tereré, y que luego bailasen las canciones de Margarito hasta la locura. Fue muy triste, el ocaso de Barney, que comenzase casi imperceptiblemente hasta llegar al punto de ser galardonado cómo “de lo más loco que se vio en TV” por Abstrac el día en que se frotó durante cuarenta minutos en vivo para todo el mundo contra una palmera de utilería al tiempo que cantaba cosas cómo “mamá dame porotitos” y “eso es un pelado, eso es un pelado” hasta desmayarse, orinarse y defecar dentro del disfraz. Luego del bizarro episodio la programación fue cada vez más decadente, hasta que intervinieron las autoridades, mientras los niños observaban la degradación de su ídolo desconsolados. Descubrimos todos, hasta los más viejos, hasta los tiranos, hasta los adolescentes de cuatro décadas que no quieren crecer, las amas de casa, El Pombero, las achicorias, las niñas que tejen, todos comprendimos que la fantasía no es más que una mentira bonita. Y que a la hora de equivocarse los dinosaurios son bastante humanos.
.
.
.
.

...................
Antes del batacazo final ya a Barney se lo había visto en actitudes comprometidas.

.

.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi me increpó para pedirme un sol pa la birra.
Me fuí corriendo y él tropezó con su cola y le gané
Borracho-


Adrian